La extracción quirúrgica es un procedimiento dental que se realiza cuando la extracción de un diente no puede llevarse a cabo mediante una extracción simple debido a la forma en que el diente está situado en el hueso o por otras complicaciones. Es un procedimiento más invasivo que implica cortar y levantar el tejido de las encías para acceder al diente y retirarlo.
La extracción quirúrgica se realiza bajo anestesia local, lo que significa que el paciente estará despierto pero no sentirá dolor. A menudo, se puede optar por una sedación consciente que ayuda al paciente a estar más relajado durante el procedimiento. El cirujano dental corta cuidadosamente la encía para exponer el hueso que rodea el diente a extraer. Se realiza una pequeña incisión en el hueso y se retira cuidadosamente el diente. Luego se limpia la zona y se sutura la encía con puntos de sutura que se disuelven solos o que se quitan después de unos pocos días.
Después de la extracción quirúrgica, se recomienda al paciente que descanse y evite actividades extenuantes durante las siguientes 24 horas. El paciente también debe aplicar hielo en la zona afectada para reducir la inflamación y el dolor, y tomar los medicamentos recetados para el dolor según las indicaciones. También se recomienda que el paciente evite alimentos calientes, duros o pegajosos y fume durante los primeros días después del procedimiento para ayudar a la curación de la herida.
En resumen, la extracción quirúrgica es un procedimiento dental que se realiza para extraer un diente que no puede extraerse mediante una extracción simple. El procedimiento se realiza bajo anestesia local, y consiste en cortar cuidadosamente la encía y el hueso para acceder al diente a extraer. Es importante que el paciente siga las instrucciones del odontólogo después del procedimiento para asegurar una recuperación adecuada.
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