La calvaria es la parte superior del cráneo, que está formada por los huesos frontal, parietal y occipital. Estos huesos están unidos por suturas que permiten cierta movilidad durante el parto y el crecimiento del cerebro. La calvaria protege el encéfalo, que es la masa de tejido nervioso que se encuentra en la cavidad craneal.
La duramadre es una de las tres capas de tejido que envuelven el encéfalo y la médula espinal. Es la capa más externa y dura, y se adhiere a la superficie interna de la calvaria. La duramadre forma dos capas, la externa llamada periostio y la interna llamada meninge. Entre estas dos capas se encuentran los senos venosos de la duramadre, que son estructuras en forma de canal que drenan la sangre del encéfalo y la llevan de regreso al corazón. Los senos venosos de la duramadre incluyen el seno sagital superior, el seno sagital inferior, el seno recto, el seno transverso y los senos sigmoideos.
El encéfalo es la estructura principal del sistema nervioso central y se encuentra dentro de la cavidad craneal. Está formado por el cerebro, el cerebelo y el tronco encefálico. El cerebro es la parte más grande del encéfalo y se divide en dos hemisferios. Cada hemisferio controla la función del lado opuesto del cuerpo. El cerebelo se encuentra debajo del cerebro y ayuda a controlar el equilibrio y la coordinación muscular. El tronco encefálico conecta el cerebro con la médula espinal y es responsable de funciones vitales como la respiración, la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
Los nervios craneales son los nervios que emergen directamente del encéfalo y controlan las funciones sensoriales y motoras de la cabeza y el cuello. Hay 12 pares de nervios craneales, numerados del I al XII. Cada par de nervios tiene una función específica, como el nervio olfatorio que controla el sentido del olfato, el nervio óptico que controla la visión, el nervio trigémino que controla la sensación facial y la masticación, y el nervio facial que controla los músculos de la expresión facial. Los nervios craneales se encuentran dentro de la cavidad craneal y emergen a través de pequeñas aberturas en la base del cráneo para llegar a su destino.
Además de la duramadre, el encéfalo también está cubierto por otras dos capas de tejido llamadas aracnoides y piamadre. Entre la aracnoides y la piamadre se encuentra el espacio subaracnoideo, que está lleno de líquido cefalorraquídeo y ayuda a proteger y amortiguar el encéfalo.
El encéfalo también está dividido en varias estructuras importantes, como el tálamo, el hipotálamo, el mesencéfalo, la protuberancia, el bulbo raquídeo y la médula espinal. El tálamo es una estructura en forma de huevo en el centro del encéfalo que actúa como un centro de retransmisión para las señales sensoriales. El hipotálamo se encuentra debajo del tálamo y regula funciones corporales como la temperatura, la sed y el hambre. El mesencéfalo, la protuberancia y el bulbo raquídeo forman parte del tronco encefálico y son importantes para controlar las funciones vitales del cuerpo.
La médula espinal se encuentra dentro del conducto vertebral y se extiende desde la base del cráneo hasta la zona lumbar. Es responsable de transmitir las señales nerviosas entre el encéfalo y el resto del cuerpo y controla los reflejos involuntarios como el estornudo y la tos.
En resumen, la calvaria protege el encéfalo, que está cubierto por tres capas de tejido (duramadre, aracnoides y piamadre) y está dividido en varias estructuras importantes, incluyendo el tálamo, el hipotálamo, el mesencéfalo, la protuberancia, el bulbo raquídeo y la médula espinal. Los nervios craneales emergen directamente del encéfalo y controlan las funciones sensoriales y motoras de la cabeza y el cuello.
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